CUANDO? El hiperrealismo o
fotorrealismo fue un movimiento de neovanguardia que surgió principalmente en
Estados Unidos a finales de los años sesenta en oposición al arte conceptual.
QUE? Conocido también como realismo fotográfico o realismo radical, el hiperrealismo es la escuela pictórica de tendencia realista más absoluta de la historia. El hiperrealismo pretende ofrecer una versión minuciosa y detallada de las imágenes. El Hiperrealismo busca mantener en la pintura la conexión con la visión fotográfica del encuadre y la traducción fiel de la escena.
El
propósito del Hiperrealismo es acercarse a una supuesta objetividad visual en
la representación de retratos, naturalezas muertas, interiores y paisajes, a
través de un singular método de trabajo que compagina técnica y disciplina.
COMO? Los artistas hiperrealistas tratan de buscar, con el más radical de los verismos, una transcripción de la realidad usando los medios técnicos y fotográficos de la manipulación de las imágenes. Consiguen con la pintura al óleo o la escultura, el mismo detallismo y encuadre que ofrece la fotografía.
QUIEN? Dager visualiza la naturaleza muerta con la nueva y magnifica modalidad de mirar el detalle. Sus composiciones están impregnadas de una luz que se capta en cada uno de sus trazos y provoca sombras radicales. Su obra contiene nuevas formas como el plástico y el vidrio presentado como elementos de contención y apropiación de las frutas, parte fundamental de su composición. A quienes observan las obras del pintor les cuesta creer que fueron logradas por mano humana, en virtud del extraordinario realismo que logra desarrollar en sus composiciones. Por ello su obra fue analizada y valorada por un grupo críticos de arte de la Unión Europea, y como resultado le otorgan en el año 2002, el Premio Internacional Salvador Dalí, que lo convirtió en el único venezolano merecedor de ese prestigioso galardón.
Una de las
características de la propuesta de Dager es el enfoque forzado en close-up que
aproxima la mirada del espectador a centímetros de la pintura, y el encuadre
focal que instaura la nueva manera de la naturaleza muerta, para descubrir
hiperrealismo en cada sección de los cuerpos frutales.
Realizo su
primera exposición individual en la Galería Díaz Manzini (Caracas). Luego
mostro sus trabajos en el Ateneo de Caracas, en el Museo de la América de San
Juan de Puerto Rico, en el Grand Bay Club de Miami y en la Galería 33 Praha
(Praga, Republica Checa). A estas exposiciones individuales se suman diversas
muestras colectivas.
La obra de
Jorge Dager nos conduce a una de las tradiciones artísticas más importantes: la
naturaleza muerta. Su trabajo, que aun enfocado en un género temático
practicado con éxito por muchos maestros, logra un hecho insólito: la quietud
de sus frutas, la inmovilidad de los objetos que aparecen una y otra vez en sus
pinturas, nos hablan del presente y de nuestra condición de latinoamericanos en
el siglo XXI. A fin de entender la riqueza implícita en la rendición pictórica
un sencillo bodegón, debemos precisar aunque sea a grandes rasgos el rol que
cumple la naturaleza en la plástica actual, y específicamente en la obra de
este joven artista venezolano. También tenemos que tomar en cuenta, siempre con
la idea de acercarnos o de comprender la razón de ser de las pinturas
realizadas por Dager, algunos problemas del arte actual, y hacer hincapié en la
relación de la naturaleza muerta con los grandes temas de la tradición
artística occidental.
A Jorge
Dáger le fascinan las frutas. Las representa gigantescas y esplendorosas en su
saludable aspecto. Parece, que les falta solo la fragancia. Su minuciosa
descriptividad causó que algunos críticos hayan visto en ellas una expresión
del hiperrealismo. Y probablemente, las primeras composiciones del pintor
podrían sugerir este juicio.
Las obras
de Jorge Dáger representan las bien organizadas agrupaciones de las frutas
tropicales, tratadas con un gran realismo; las mismas frutas que el artista
conocía y apreciaba desde su niñez, vivida en gran parte en una finca familiar
guariqueña. Las robustas y apetitosas naranjas, lechosas, cocos, caimitos y
semerucos, a veces vistos muy de cerca, o en un corte compositivo parcial,
exaltan su aspecto, de forma desmesurada, son representados en su rica y
sensual materialidad de texturas. La pintura de Dáger muestra las pieles lisas
y brillantes, o al contrario, porosas y ligeramente manchadas; algunas frutas
aparecen abiertas, para permitir a una mirada curiosa penetrar sus gelatinosas
partes internas, generosamente bañadas por la luz del trópico. Jorge Dáger como
fiel exponente del hiperrealismo agranda el formato y sus frutas adquieren toda
la luz. Su trabajo posee una exactitud rica en color. Su maestría es inmejorable
en el manejo de la luz y en la creación de envolturas de plásticos con una
precisión de versátil línea, revalorizando, eso sí, la realidad desde una
perspectiva fresca y fulgurante; no hay anacronismo en su trabajo, sino una
propuesta de acabada estética donde el talento y la técnica se entrelazan para
brindar al espectador, en abierta exposición, una realidad de meticuloso trazo
e inaudita belleza.
Fuente de informacion:
No hay comentarios:
Publicar un comentario